El mundo respira más aliviado con el despido de Bolton

 

MSIa Informa

La súbita renuncia de John Bolton, consejero de Seguridad Nacional del presidente Trump, fue recibida con un suspiro de alivio. En su calidad de representante de los sectores más belicosos y radicales del establishment estadounidense, Bolton era el más agresivo, belicista y perturbador de los principales asesores de Trump, y estaba empeñado, sin éxito, en abortar todos los intentos de encontrar una salida a la crisis de Venezuela, al entendimiento con Corea del Norte y con Irán y de las retiradas de Siria y de Afganistán.

 

¡La destitución fue hecha al mejor estilo de un Trump convertido en el animador de un Reality Show cuando dice a un participante “! ¡Estás eliminado!” A través de un Twitter, Trump anunció el martes 10 de septiembre que había informado a Bolton “que sus servicios ya no eran necesarios en la Casa Blanca,” debido a los desacuerdos con él mismo y con otros altos funcionarios del gobierno.

 

Al día siguiente, en una entrevista en la Casa Blanca, Trump hizo más grande la humillación pública de Bolton, al destacar sus diferentes “errores muy graves” cometidos por el ex consejero, principalmente su mención del “modelo libio” para las negociaciones con Corea del Norte:

 

“En cuanto mencionó eso, el modelo libio, ¡qué desastre! Vean lo que pasó con (el líder libio Muamar) Gadafi. No culpo (al líder norcoreano) Kim Jong-un por lo que dijo luego de esto. Y ya no quiso nada más con Bolton. Y eso no es un problema de ser duro. Es una cuestión de no ser inteligentes como para decir algo así.

 

“John no estaba en línea con lo que estábamos haciendo y, en realidad, en algunos casos, pensó que lo que estábamos haciendo era muy severo. El señor Duro, ustedes saben, tienen que ir a Irak. Ir a Irak era algo muy preciado para él”. (The Hill, 11/09/2019).

 

Aunque el mismo Trump haya dicho que la gota que derramó el vaso para tomar esta decisión haya sido el fracaso de Bolton respecto a la crisis de Venezuela, fuentes ligadas a la Casa Blanca afirman que el motivo mayor fue su oposición radical a cualquier tipo de entendimiento con Irán, que Trump estaba contemplando.

 

Una posibilidad es la luz verde para la concesión de una línea de crédito de la Unión Europea (UE) de 15 mil millones de dólares, referente al pago de las ventas de petróleo de Irán. Lo que representaría un gran alivio para la presionada economía del país. La iniciativa es del presidente francés, Emmanuel Macron, ventilada durante la reunión cumbre del G-7 de Biarritz en el mes de agosto pasado, ofrecida a Trump como una forma de superar el impasse con Teherán.

 

De forma paralela, Trump manifestó su disposición a reunirse “sin condiciones” con el presidente iraní, Hassan Rouhani, durante la apertura de la Asamblea General de Naciones Unidas, la semana entrante. Sin embargo, Teherán condicionó el encuentro con una señal clara del alivio de las sanciones impuestas por Estados Unidos, luego de que Trump retirara a estos del acuerdo sobre el programa nuclear iraní en 2018. La condición fue resaltada por Rouhani en conversación telefónica con Macron, sabiéndose que se trata de una cuestión cerrada para el ayatola Ali Jamanei, líder supremo de Irán, y la línea dura de apoya, no siempre simpática a las posiciones moderadas de Rouhani.

 

De forma emblemática, un alto asesor del presidente iraní, Hesameddin Ashena, afirmó, también por Twitter, que la salida de Bolton representaba “una señal decisiva del fracaso de la estrategia de presión máxima de Estados Unidos ante la resistencia constructiva de Irán” (Bloomberg, 11/09/2019).

 

Además de Corea del Norte y de Irán, Bolton es señalado como el principal responsable del fracaso de las negociaciones con el Talibán para la retirada parcial de Estados Unidos de Afganistán, para las que Trump estaba dispuesto inclusive hasta a recibir representantes del grupo musulmán en la Casa Blanca.

 

Es evidente que la decisión de Trump tuvo un motivo pragmático como lo es la cercanía de las elecciones de 2020, a las cuales quiere presentarse más como un negociador que como un presidente de guerra, como sus antecesores inmediatos, Barack Obama y George W. Busch.

 

La defenestración del señor Duro, independientemente de los resultados inmediatos de las iniciativas de la Casa Blanca, representa un fuerte golpe a las pretensiones de los “neoconservadores” y de otros sectores ultra belicistas de Washington, en el sentido de mantener los empleos múltiples de la maquinaria bélica estadounidense como instrumento favorito de las relaciones exteriores y de la preservación de la hegemonía que ven amenazada por el ascenso exitoso del eje euroasiático encabezado por Rusia y China, como nuevo centro de gravedad geoeconómico y geopolítico del planeta.

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